Archivo de niños
Emile Munier (Francia, 1840-1895)
Posted in Munier with tags Aix, Art, Arte, Auvergne, Bouguereau, Capilla de Gobelins, cats, children, cupido, cupids, gatos, George A. Lucas, mascotas, mitología, movimiento, Munier, niños, Normandía, painters, París, perros, pets, pintores, Sargines Angrand-Campenon on agosto 13, 2008 by NinonaNació en París el 2 de junio de 1840. Su padre, Pierre François Munier, era un artista tapicero de la Manufacture Nationale des Gobelins, y su madre, Marie Louise Carpentier, era pulidora de cashmere en un molino de telas.
Emile y su hermano mayor François Joseph, nacido en 1839, iban a la escuela comunal local. Su hermano menor, Florimond Louis, nació el 11 de septiembre de 1851. Por esos años la riqueza familiar había mejorado mucho, lo que permitió que todos los hermanos se matricularan en una buena escuela. Los tres compartían desde muy jóvenes un gran interés por la pintura, tanto que entre ellos se regalaron, cuando contaban entre 13 y 14 años, unos autorretratos. El de Emile está fechado en 1854.
Emile Munier asistía a clases de dibujo, pintura, anatomía, prespectiva y química, pero siempre en relación con el teñido de lana, dirigiendo sus estudios hacia el arte de la tapicería para seguir los pasos de su padre. Clases de flores y ornamentos, de química, de ingeniería y de manufactura eran también complementos para seguir ese camino.
Durante ese periodo Emie conoció a Henriette Lucas, hija Abel Lucas, profesor suyo, y se casaron el 10 de agosto de 1861 en la capilla de Gobelins. Emile Munier era en aquel entonces un artista de la tapicería, sin embargo pintaba también al lado de su suegro pintura de corte académico. En la década de 1860, y gracias a los avances que fue cosechando en ese camino, Munier recibió tres medallas de las Bellas Artes, exponiendo en el Salón de Bellas Artes en el año 1869. Munier era un gran admirador de los académicos y seguidor de Bouguereau, a quien imitaba a la hora de crear sus propias obras.
El 28 de agosto de 1867 Henriette dio a luz a un niño al que llamaron Emile Henri. Aproximadamente diez semanas después del nacimiento de su hijo, Henriette contrajo reumatismo severo y murió prematuramente. En 1871 Munier abandonó su carrera en el Gobelins y se dedicó solamente a la pintura, actividad que completaba dando clases tres noches a la semana.
Emile pronto se volvió a casar con una joven profesora de pintura, Sargines Angrand-Campenon, célebre retratista, junto a quien montó un estudio en París, cerca de los estudios de Fantin-Latour y Corot. Por aquel tiempo, Emile entra en contacto por fin con Bouguereau, convirtiéndose en alumno suyo. Esta relación se entrechó tanto que logró ser muy amigo del artista que más admiraba.
En 1873 Munier pintó El ladrón de manzanas y La lección de tricot.
Fue cuando conoció al marchante de arte George A. Lucas, quien vendió gran parte de su obra durante los siguientes años. En 1874 pinta Mi gato favorito, vendido por una gran suma.
Durante sus vacaciones en Normandía en 1876, Munier pinta sin descanso escenas de barcas, pescadores, playas. En 1879 va a las Ardenas donde pinta el retrato de Madame de Chanzy, cuya familia había conocido poco antes, durante sus vacaciones en Normandía. Es en ese viaje cuando descubre la Escuela de Nancy y conoce a Emile Gallé, con quien colaborará poco después.
Sus dos hijos, Henri y Marie-Louise
son su principal fuente de inspiración cuando empieza la década de 1880. Pinta escenas sentimentales, temática que cultivará toda su vida. Marie-Louise es seguramente el modelo de El niño travieso, El niño y el muñeco
y La niña y la muñeca, todas de 1880.
En 1883 visita el lago de Bourget, donde Emile pintó con toda seguridad Niña en el lago y Niña con naranjas.
Durante su estancia en Aix conoce la ópera italiana, y a su vuelta a París comienza a frecuentar los teatros de la ópera. Se interesa por la música y el canto.
En el Salón de Bellas Artes presenta Tres amigos.
La obra muestra una niña jugando con su pequeño gato y su perro sobre la cama. Tuvo gran éxito, lo que hizo que se representara popularmente en multitud de soportes. En un tiempo en que los carteles de publicidad empezaban a llenar las calles, Tres amigos fue una de las imágenes más representadas.
Munier desarrolló un talento excepcional para mostrar escenas cercanas, muy expresivas y llenas de movimiento. Se interesó sobre todo en escenas de niños en la campiña.
Desde el año 1886 viaja a Auvergne, cuyo ambiente rural le inspira para estas obras plagadas de niños campesinos y animales de granja, tales como Las nuevas mascotas,
El joven cazador, El corral, La campesina con la horca, El día de las mermeladas,
En 1886 recupera la temática de los querubines, en la que había trabajado para pintar Los dos cupidos. El amor desarmado,
presentado ese año, demostraba que todavía recibía gran influencia de Bouguereau, tanto que los aficionados aún confunden la obra de ambos artistas.
En la década de los 90 empezó a pintar temas mitológicos y religiosos: cupidos, diosas, vírgenes.
Sigue enseñando en París. Su hijo se casa, y por ese tiempo presenta en el Salón de París su obra El espíritu de la caída de agua,
donde aparece una ninfa desnuda de gran sensualidad.
Animales entre flores y paisajes y jardines de Auvergne son temas en los que sigue insistiendo. En 1895 pinta La niña y La cesta de gatos
como conmemoración de su 55 cumpleaños y como regalo para el nacimiento de su nieto Georges. Fue su última pintura: murió tras una embolia la mañana siguiente de haberlo entregado.
Albert Anker (Suiza, 1831-1910)
Posted in Anker with tags alegorías, Alemania, ancianos, Anet, Anker, Art, Arte, Berna, children, Deck, Erlach, escuelas rurales, Gleyre, Halle, ingenuidad, Ins, luz, naturalismo, niños, Painting, París, Pintura, Realismo, sentimiento, Suiza, volumen, Walhinger on febrero 16, 2008 by NinonaEl pintor Albert Anker nació en Anet (Ins en alemán), una comuna suiza en el canton de Berna, situada en el distrito de Erlach. Era el doceavo hijo de un veterinario. Sus primeros estudios de dibujo los realizó en 1845 en casa de Louis Walhinger, pero en ese momento apenas se distinguió de los demás alumnos.
En 1851 empieza sus estudios de teología en la Universidad de Berna y de Halle (Alemania). A finales de 1853 pide permiso a su padre para interrumpir el curso y ponerse a pintar, quien le autoriza, en inmediatamente marcha a París, ciudad que le había entusiasmado a raíz de un viaje que hizo en 1851. Fue alumno del pintor suizo Charles Gleyre, que como muchos otros artistas helvéticos de habla francesa se había instalado en la capital francesa. Entre 1853 y 1860 frecuenta la Escuela Imperial de Bellas Artes, donde había estudiado Pierre Auguste Renoir. Anker iba a pertenecer a esa gran cantidad de artistas suizos que estaban trabajando en Europa, forjando una carrera lejos de su país.
En 1861, como todos los pintores de su época, se siente atraido por Italia. En 1864 se casa con Anna Ruefli, de Langnau, con la que tuvo seis hijos. La pareja pasa el invierno en París y el verano en Anet. Fue por esa época cuando empezó a labrarse una fama de pintor de retratos de niños. Pintó a sus hijos Louise, Marie, Maurice, Cécile, Rudi en varios de sus cuadros, siendo los más conocidos Mi hija Louise -1-, Maurice con la gallina -2- , Louise y su muñeca -3- y Rudi comiendo -4-.
En 1869, Albert Anker empieza a hacer proyectos para el ceramista Théodore Deck, para quien realizaría en el curso de los años más de 300 dibujos para lozas. Hacia 1870 diversificó su vida social, siendo diputado del Gran Consejo del canton de Berna. Trabajó para las revistas Le Magasin Pittoresque y La Revue Suisse des Beaux-Arts. En 1878, organizó la sección suiza de la Exposición Universal de París, tras la cual fue nombrado Caballero de la Legión de Honor.
En 1890 renuncia a su domicilio parisiono para vivir únicamente en Anet: deseaba vivir en un ambiente tranquilo, pues la vida en la ciudad ya no le aportaba lo que buscaba, que no era otra casa que la paz absoluta de su ciudad natal. En 1900, la Universidad de Berna le concedió el título de Doctor Honoris Causa.
La mayoría de cuadros de Anker, aunque suizos en esencia, no estarían fuera de lugar con los de los artistas de la escuela de Barbizon en Francia o el arte victoriano de Inglaterra. Naturaleza muerta con vino y castañas – 5- parte de una interpretación casi analítica de superficies y objetos, para transmitir el poder expresivo de cosas cotidianas. El lúgubre fondo hace destacar a la perfección la jarra de vino luminosa y la copa. En primer plano, un plato de castañas descansa sobre el mantel de hilo. Desprovisto de artificios, el artista explora la cualidad de la luz y el volumen, y traiciona las influencias holandesas y de Caravaggio. En el arte suizo se apreciaba la precisión de la plasmación, sobre todo en las naturalezas muertas, además de un escaso formalismo, y un sentido de la artesanía y el ingenio visual. Como género, las naturalezas muertas pueden considerarse un punto de partida para un análisis amplio de la relación entre la alegoría y el naturalismo. Las naturalezas muertas de Anker presagian a los expresionistas del siglo XX.
Este tema, además del de los niños, era el más trabajado por el artista. Entre otros títulos de esta temática podemos encontrar Café y Brandy -6-, Café con leche – 7-, El café -8-, El té -9-, La langosta -10- y Té y jerez -11-.
Es tal vez el artista que mejor supo pintar el principio y el fin de la existencia humana. Anker no se detuvo en la edad adulta, sino que supo retratar con precisión la inocencia en la mirada del niño y la serenidad, la aceptación del anciano y el paso del tiempo.
Fueron muy conocidos también sus cuadros de escenas en escuelas rurales, como Escuela rural de la Selva Negra -12-, Escuela rural -13- y El examen -14-,en los que se muestran a los niños de una clase y a sus profesores en actitudes de la vida cotidiana en la escuela. Son cuadros de gran realismo.
Asimismo son muy famosos sus cuadros El bautizo -15- y La salida de la iglesia -16-: en el primero muestra la salida de un bautizo en un ambiente rural (la hermana mayor con el pequeño en brazos y detrás a los padres orgullosos del evento); y en el segundo muestra a una dama saliendo de una iglesia enjoyada y con ricos ropajes, mientras da limosna a los mendigos que la esperan.
Albert Anker fue mejor dibujante que colorista, y sus pinturas permanecen intactas en su ingenuidad y su sentimiento.
John George Brown (Reino Unido, 1831-1913)
Posted in Brown with tags Art, Arte, Brown, campesinos, children, dogs, Durham, Estados Unidos, limpiabotas, niños, Nueva York, Painting, perros, Pintura, Realismo, Reino Unido, repartidor de prensa on enero 21, 2008 by NinonaNació en Durham (Reino Unido) en 1831, trasladándose a los Estados Unidos en 1853. Estudió en Newcastle upon Tyne, en la Edinburg Academy, y en Nueva York bajo la tutela de Thomas Seir Cummings en las escuelas de la National Academy of Desing, de la que fue miembro a partir de 1863.
En la década de 1860 empezó a darse a conocer gracias a su especialización en una temática humorística de niños jugando o haciendo deporte, símbolo de la inocencia perdida del país y la esperanza en el futuro, que cuajó en el ambiente social perturbado por la Guerra Civil Americana.
Creó un ambiente de nostalgia en cuadros tales como El chico de las bayas -1- o Cruzando el arroyo -2-, en los que ofrecía una visión poética de la infancia del mundo rural.
El chico de las bayas -1- recoge la quintaesencia del chico del país: cara fresca y sonriente, un joven robusto que se apoya sobre un muro de piedra donde ha dejado un cobo repleto de bayas. Su camisa blanca, tirantes, un sombrero arrugado bien calado, son elementos muy utilizados en las pinturas campestres de Brown. El muchacho muestra una salud radiante y un espíritu henchido por la luz brillante del sol, un conjunto que completa la idílica escena. Brown mostró otros chicos similares en otras tantas escenas exteriores en la década de los 70, consolidando una moda que iniciaron pintores precedentes, como Eastman Johnson.
En Cruzando el arroyo -2-, muestra a una niña campesina cruzando con sus pies descalzos un arroyo limpio y transparente, con su traje de domingo arremangado y su sombrerito en la mano. La luz del sol se refleja en el arroyo envuelto de gran vegetación. La escena da una sensación de paz y tranquilidad.
Inspirado por Johnson en la elección de los temas de sus pinturas, Brown desarrolló sin embargo su propia interpretación y un estilo muy personal. Acentuó la narrativa y el detalle anecdótico, modeló unas estructuras mucho más elaboradas, unas pinceladas más abigarradas. También prefirió mostrar la luz del sol filtrada por el follaje del bosque, una luz que iluminaba lugares muy concretos, como en El chico de las bayas -1-, donde la luz contornea la figura del muchacho de forma muy expresiva, dejando el interior ligeramente oscurecido. Brown usó ese tipo de luz para acentuar el triángulo formado por los brazos del muchacho ya línea del muro de piedra, reforzando la estructura geométrica del cuadro.
Fue también muy popular una serie de cuadros dedicada a los chicos de la calle de Nueva York, en la que representa diversas escenas urbanas profundamente narrativas. Fueron representadas en multitud de formatos distintos, lo que proyectó su obra a un público muy amplio.
En 1866 fue miembor fundador de la Water-Color Society, de la que fue presidente entre 1887 y 1904. De 1899 a 1904 fue vicepresidente de la National Academy of Design, promoviendo su traslado a la 110th Street de Nueva York.
Siempre se ciñó a una misma temática: niños de la calle, limpiabotas, vendedores de prensa… Sus obras Comiéndose las ganancias -3- , Su favorito -4-, Dame fuego -5-, El repartidor de prensa -6-, Mi mejor amigo -7- , La pelea -8-, Tres claveles para hoy -9-, El jefe de la pandilla -10-, Ruido infernal -11-, La vendedora de flores -12-, El limpiabotas -13-, Día de San Valentín -14-, Adoración -15- o La niña de las flores -16-, son un buen ejemplo de su exitoso talento.
Brown representa un buen ejemplo de cómo un pintor británico de calado dickensiano adaptó su arte a los elementos y la sociedad norteamericana. Profundamente narrativo, ejecutaba con precisión minuciosa, pero su paleta carecía de la brillantez de colores variados, siendo más popular que admirado por la crítica.
Sophie Gengembre Anderson (Francia, 1823-1903)
Posted in Anderson with tags Art, Arte, autodidacta, Butterflies, children, Cincinnatti, Fairies, flores, Francia, gatos, Gengembre Anderson, hadas, Louis Prang & Co, Manchester, mariposas, mujer, niños, ninfas, Nueva York, Ohio, Painting, París, pastores, Pennsylvania, perros, Pintura, Prerrafaelismo, woman on enero 20, 2008 by NinonaArtista británica nacida en París. Se especializó en el dibujo de niños y mujeres ambientados en un entorno rural y vestidos al modo tradicional, en los que incluía pequeñas alusiones a animales delicados tales como mariposas o pájaros, y a plantas y flores, consiguiendo un efecto de gran lirismo. Su obra se relaciona ligeramente con el Prerrafaelismo.
Hija del arquitecto parisino Charles Gengembre y de madre inglesa, pese a estudiar el arte del retrato con Carles Auguste de Steuben (París, año 1943), se considera profundamente autodidacta. A causa de la guerra de 1848 emigró a los Estados Unidos, primero en Cincinnatti (Ohio) y luego en Manchester (Pennsylvania), donde se casó con el artista británico Walter Anderson.
Inicialmente se dedicó al retrato, trabajando para los litógrafos Louis Prang & Co. En 1854 se trasladó a vivir a Londres, y en 1855 expuso sus obras en la Royal Academy de Londres. Volvió a Nueva York en 1858, aunque finalmente se estableció en Londres hacia el año 1863.
Durante las siguientes tres décadas, su trabajo fue expuesto profusamente en lugares como la mencionada Royal Academy, la Society of British Artists y otras galerías regionales. Sus primeros trabajos mostraban una gran atención a la botánica y otros detalles característicos de los Prerrafaelitas.