John Singer Sargent (Estados Unidos, 1856-1925)
Posted in Sargent with tags Arte, Desnudo, Impresionismo, John Singer Sargent, Painting, Paisajes, Pintura, Retrato on noviembre 13, 2011 by NinonaBerthe Marie Pauline Morisot (Francia, 1841-1895)
Posted in Morisot with tags Art, Arte, Bouges, Corot, Degas, Francia, Impresionismo, Light, Louvre, luz, Manet, Marrarmé, Monet, Morisot, mujer, Painting, París, Pintora, Pissarro, Renoir, woman on septiembre 30, 2008 by NinonaLa supuesta sobrina nieta del pintor rococó Jean-Honoré Fragonard, nació en Bourges en el seno de una familia acomodada, en la que era tradicional la afición a las artes, aunque no por ello dejó de sorprender a su familia cuando eligió convertirse en una pintora profesional. Su abuelo paterno fue un arquitecto de renombre, y su padre, Tiburcio Morisot, había sido discípulo de la Escuela de Bellas Artes, visitando Italia y Grecia. Más tarde cambió de rumbo sus aficiones ingresando en la administración pública, llegando a ser gobernador de varios departamentos importantes.
Durante su residencia en Bourges, capital del departamento del Cher, nació Berthe Marie Pauline, la última de sus tres hijas. Ascendiendo en su carrera fue nombrado consejero del Tribunal de Cuentas, trasladándose por esta razón a París, en donde pudo desarrollarse el talento que desde muy niña había demostrado Berta para la pintura.
La artista en sesión fotográfica
El primer maestro de Berthe fue Guichard, pintor de pocas dotes, pero excelente profesor para principiantes, y estudió tres años en la Escuela de Bellas Artes de París. Ya en posesión de la técnica de la pintura, Berthe y su hermana Edma (que también cultivó por algún tiempo la pintura) sintieron gran admiración por la obra del admirable paisajista de la Escuela de Barbizon Corot. En 1860, Jean-Baptiste Camille Corot tomó a Berthe como su discípula y la introdujo en los círculos artísticos. Fue el pintor que más influyó en ella hasta que conociera a Édouard Manet en 1868.
La artista en su estudio
El primer envio al Salón de París, momento decisivo para los artistas franceses de la época, data de 1864 en la que mandó dos paisajes. Las obras de Berthe y de su hermana Edma, figuran en los catálogos de 1864, 1865, 1866, 1867 y 1868. Desde esta última época, solo Berthe continuó cultivando la pintura y exhibió continuamente en el Salón hasta 1874, año de la primera exposición impresionista, en la que expuso La cuna, en el que muestra a una madre agotada que mece la cuna de su bebé.
La cuna
Durante su aprendizaje, las hermanas Morisot habían trabajado en el Louvre, al lado de Édouard Manet, que era entonces un joven pintor desconocido y uno de los copistas de obras maestras antiguas, trabajo que a la sazón estaba muy en boga. Ella fue la que convenció al maestro de pintar al aire libre y lo atrajo al grupo de pintores que serían posteriormente los impresionistas. Manet, sin embargo, nunca se consideró impresionista, ni estuvo de acuerdo con exhibir junto al grupo.
Berthe Morisot pintada por Monet
Desde el triunfo del maestro en el Salón de los rehusados (1863), las relaciones entre las señoras Morisot (madre e hijas) y la esposa y madre política de Manet, fueron cordiales, estableciéndose gran amistad entre las dos familias. Más tarde, en 1874, Berthe se casó con Eugène Manet, hermano menor del gran pintor y continuó firmando sus obras como antes de cambiar de estado contra la costumbre francesa, según la cual, al casarse, la esposa emplea únicamente el apellido del marido.
La excelente posición social de que gozaban ambos cónyugues les permitió cultivar afectuosas relaciones de amistad con un corto múmero de amigos elegidos entre los mejores artistas de la época. Edgar Degas, Renoir, Pissarro, Claudio Monet y Édouard Manet frecuentaban la casa construida por Eugéne Manet, tanto para reunir en ella obras escogidas de los pintores amigos, como para facilitar el trabajo de la dueña de la casa.
También frecuentaba el cenáculo el poeta Stéphane Mallarmé, respetuoso admirador de Berthe, a quien debió la pintora que una de sus obras fuese adquirida por el Museo del Luxemburgo. El director de Bellas Artes, Roujon, asesorado por Bénédite, director del Museo mencionado, y Benoit, conservador del Louvre, supo evitar que la adquisición de la obra (en 4.500 francos) desencadenase nuevamente la cólera que despertó la admisión de la colección Caillebotte en un Museo del Estado. Berthe Morisot pudo en aquella ocasión salir del nivel de mera aficionada, en el que estaba relegada sin duda a causa de su holgada situación, experimentando por primera vez la satisfacción de ser tratada como un pintor profesional.
El gusto de los impresionistas por perfeccionar el reflejo de la luz se manifiesta explícitamente en Mujer arreglándose, obra de una gran maestría en la que se muestra a una sensual mujer arreglándose el cabello.
Degas escribió en una ocasión: «Lo fascinante no es mostrar la fuente de luz, sino el efecto que ésta crea». Y tal parece haber sido la técnica que Morisot empleó en el cuadro. También son muy conocidas Frente al espejo, en la que se muestra a una joven coqueta observándose frente a un espejo envuelta en una luz dorada y En el baile, en la que se muestra a una bella joven morena, con un exquisito vestido blanco y su abanico de colores.
Podemos ver una fotografía de la artista donde lleva un vestido y un peinado muy parecido al de su obra El vestido negro
El vestido negro
La pintora, al igual que Manet, fue un tanto reservada en su método y prefirió trabajar con un estilo más preciso y no tan abstracto como el resto de los impresionistas. Morisot pintaba la inmediatez, lo que veía en su vida normal. Como una mujer de la alta burguesía, estaba habituada a escenas domésticas, deportes campestres y un amplio círculo de mujeres y niños, ya que el mundo masculino les estaba vetado. Sus obras se centran en las mujeres, bien como protagonistas de un retrato, bien como estudios femeninos generales que muestran al individuo en su cotidianeidad. Asimismo atesoraban una sensibilidad femenina que se traslucía por la claridad de los tonos, los matices de los colores y la delicadeza de los valores.
La vida de Berthe Morisot se vio ensombrecida por la muerte de Édouard Manet en 1883, la de su esposo, Eugène Manet, en 1892, y la de su hermana. Educó sola a su hija, Julie Manet, con quien mantuvo siempre lazos muy fuertes. Al morir a los cincuenta y cuatro años, confió su hija a sus amigos, Edgar Degas y Stéphane Mallarmé.
Berthe Morisot murió en 2 de marzo de 1895 en París y está enterrada en el cementerio de Passy en París.
En la actualidad, sus pinturas pueden alcanzar cifras de más de 4 millones de dólares.
Emile Munier (Francia, 1840-1895)
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Posted in Tissot with tags Art, Arte, burguesía, Castillo de Buillon, Degas, Hippolyte Flandrin, Ingres, La Abadía de Nouillon, London, Londres, Louis Lamotte, Manet, Nantes, Painting, Palestina, París, Pintura, Seymour Haden, Tissot on julio 22, 2008 by NinonaTissot nació en Nantes un 15 de octubre de 1836. Fue pintor y grabador, estudiante aventajado en la Escuela de Bellas Artes de París y discípulo de Ingres, Louis Lamotte y de Hippolyte Flandrin. Ya en el año 1859, con sólo 23 años, presentó unos dibujos en el Salon de París. Exhibió un proyecto para las vidrieras de una iglesia de Nantes, y dos años más tarde obtuvo su primer éxito con el cuadro Fausto y Margarita.
Participó en la guerra de 1870-71, y en 1971 huyó de los peligros de la Comuna de París estableciéndose en los suburbios de Londres, donde pronto sus obras fueron tomando cada vez más popularidad. En Inglaterra sus trabajos tuvieron tanta fama como en Francia, lo que le permitió exponer con cierta regularidad en la Royal Academy. Al mismo tiempo se dedicó al grabado, trabajando bastante tiempo al lado de Seymour Haden. También en este género alcanzó grandes éxitos en Londres.
En 1882, cuando todo parecía sonreirle, sucedió un cambio radical en su vida: Kathleen, amante y principal modelo en esos años, fallece víctima de tuberculosis. Conmocionado, volvió rápidamente a París, abandonando toda la temática anterior que le hizo ganar tanta fama, atravesando un proceso de conversión religiosa. Todo cambia: sus temas, su técnica, pero también su forma de ver la vida, de ver las cosas, de entender el arte. Producto de esta revolución interior, se dedica desde entontes a ilustrar la vida de Jesucristo, para lo cual decide, en un febril intento de ir más allá en sus pretensiones vitales y artísticas, viajar a Oriente Medio, a Palestina, a la cuna de Cristo, donde permaneció alrededor de diez años. El resultado de su peregrinación fueron trescientas cincuenta acuarelas sobre el Nuevo Testamento, que fueron expuestas en París y Londres y produjeron numerosas discusiones. Reproducidas en dos volúmenes, Tissot recibió mil francos como derechos de propiedad.
Cada cuadro, cada pintura, representa la perspectiva decimonónica de unas escenas religiosas bucólicas, de quien quiere dibujar unos hechos que la visión occidental ha matizado a través de varias decenas de siglos, pero que sin embargo recogen la autencidad de quien ha tomado las imágenes en el lugar donde ocurrieron.
Tras la publicación de la obra, Tissot continuó su camino religioso encerrándose en la abadía de Nouillon, con objeto de componer un proyecto semejante sobre el Antiguo Testamento, pero la muerte le impidió llevarlo a cabo.
Entre sus cuadros cabe mencionar:
La recepción (1883-1885),
también conocido por L’Ambitieuse como La mujer política. Esta dualidad en el título genera un doble sentido muy interesante: ¿es la sonrisa de la mujer sincera o por el contrario es diplomática? ¿Representa la figura central del cuadro o solamente la bella acompañante del hombre a cuyo brazo se aferra? ¿Hay alguna pista para el observador entre la multitud que charla e incluso quizá conspira? El interés de Tissot por la moda contribuyó a que sus trabajos resultasen del agrado de los coleccionistas y se vendieran bien, aunque las críticas de carácter puramente artístico no fueran tan benevolentes como las del público en general.
en el que se ve a dos hermanas en un parque, la mayor de las cuales, en edad casadera, posa con su sombrilla y su sombrero. Entre su vestido vaporoso, en la cintura, podemos observar un pequeño ramillete de flores, detalle delicado de su coquetería. La pequeña, a su lado, parece pensar en el tiempo próximo en que podrá lucirse como su hermana.
en el que podemos observar una joven con un elegante pero recatado vestido marrón, con su ribete de visón a conjunto con su manguito. Está situada al lado del confesionario, en un intento de pasar desapercibida por el color de su vestido, gesto que no tiene ningún efecto al enredarse su falda con las sillas.
una preciosa pintura de colores muy vivos, en la que se puede observar que Tissot quería traspasar la alegría del día festivo, con sus banderas por las calles, donde una joven alegre, vestida con un resplandeciente y trabajado vestido y un bello ramo de flores y un libro en la mano, camina acompañada de su perrito blanco.
El éxito de este cuadro reside en su original y enigmática composición, pero también por la conjugación de los colores de la chaqueta de un rojo intenso, que procede de la indumentaria de los soldados zuavos (regimientos de infantería en la armada francesa en 1830, originarios de Argelia) y el entorno de un verde mate.
Jules Castagnary, defensor del realismo, escribió en Le Grand Journal el 12 de junio de 1864: «El Señor Tissot, el primitivo fanático de los últimos Salones, ha cambiado de estilo de golpe y tiene tendencia a acercarse del Señor Courbet; una buena nota para el Señor Tissot».
Se interesó por el arte oriental y desde los últimos años de la década de 1870 fabrica objetos con decoración cloisonné (esmalte alveolado).
Fue amigo de Manet y de Degas.
Se hizo famoso por las descripciones precisas de las modas de su época y sus enigmáticas cualidades. Falleció el 8 de agosto de 1902 en el castillo de Buillon.
Alphonse Maria Mucha (Chequia, 1860-1939)
Posted in Mucha with tags Art, Art Nouveau, Arte, Brno, cartelismo, Chequia, Decoración, joyería, Moravia, Mucha, mujer, Painting, París, Pintura, publicidad, Sarah Bernhardt, teatro, Viena, women on junio 16, 2008 by NinonaAlphonse Maria Mucha está considerado hoy como uno de los grandes impulsores y divulgadores del «art nouveau», así como pionero indiscutible en la aplicación del arte en la publicidad y en la vida cotidiana. Es también uno de los padres del diseño gráfico moderno.
Nació en Ivancice, en la Moravia meridional. Pronto sintió una gran atracción hacia el dibujo, pasión que intentaba desarrollar durante su primera educación en Brno, capital morava. Realiza estudios eclesiásticos y forma parte del coro de la catedral de Brno, actividad que tiene que abandonar cuando la voz le cambia. Sus primeros intentos de dirigir definitivamente su vida hacia el arte resultan un fracaso: en 1877 es rechazada su candidatura para ingresar en la Academia de Bellas Artes de Praga.
En 1879 marcha a Viena (esa Viena Fin-de-Siècle de la que habla Schorske en su famoso libro, hoy agotado en España) que competía con París como centro artístico mundial. Allí pudo emplearse como diseñador teatral en una compañía vienesa, trabajo que le aproximaba poco a poco a la vida del artista que perseguía desde niño. Este trabajo le sirvió para ir completando, informal pero intensamente, su educación artística. Cuando en 1881 un incendio destruyó el el teatro donde trabajaba, regresó a Moravia, donde empezó a pintar de forma independiente tanto temas decorativos como retratos, siempre de encargo.
En ese tiempo ocurrió un acontecimiento importante en su vida. Se encontraba en la posada de una aldea, con poco dinero y dibujando paisajes para venderlos y poder continuar su viaje, cuando le vio trabajar el Conde Kart Khuen de Mikulov, quien le ofreció que le acompañara en su viaje a Italia. Lo contrató para decorar con murales el Castillo de Hrusovany Emmahof, y quedó tan gratamente impresionado que acordó apadrinar el aprendizaje formal de Mucha en la Kunstakademie de Múnich, presionándole después para que continuara sus estudios en París. Esta decisiva ocasión permitió a Mucha afinar su arte y modelar su espíritu de genio.
Efectivamente, Mucha se mudó a París en 1887 y continuó sus estudios en la Académie Julian y en la Académie Colarossi, produciendo al mismo tiempo ilustraciones para revistas y publicidad, actividad que empezó a considerar una prolongación de su arte. En 1890 se introduce en el círculo de artistas del Café de Madame Charlotte, del que formaban parte Sérusier y los Nabis. En 1891 traba amistad con Paul Gauguin, y en 1898 se convierte en aprendiz de la logia masónica de París. Viaja a España, que en aquel momento era el destino de los viajeros que buscaban el máximo exotismo dentro de Europa.
En París se dio pronto a conocer por sus dibujos, principalmente en carteles anunciadores. Entre estos merece mencionarse el que dibujó para la obra teatral Gismonda, de Victorien Sardou, interpretada por Sarah Bernhardt, que apareció en los muros de París en los primeros días de enero de 1895 causando una auténtica sensación.
Sarah Bernhardt ofreció inmediatamente a Mucha un contrato de exclusividad por seis años. Los carteles realizados para ella contribuyeron a difundir la fama de la actriz más allá de las fronteras de Francia. Hasta 1901, Mucha no sólo fue responsable de los carteles publicitarios, sino también de las escenografías y los vestuarios del Théâtre de la Renaissance, aplicando todo lo que había aprendido durante sus años vieneses. Fue esta obra, con su estilo exuberante y estilizado, la que le dio tanto fama como numerosas comisiones.
En una exposición que se celebró en la redacción de La Plume, en París, figuraron más de 430 obras suyas, entre anuncios, calendarios, tapas de libros, minutas, programas, orlas, cuadros, ilustraciones, litografías, joyas. Su obra artística y comercial es una sola, conviertiendo la publicidad en una verdadera vía de transmisión de la estética del siglo.
Colaboró en la Ilustration, Monde illustre y otras publicaciones. Conocedora de la importancia y del carácter innovador de sus propuestas, la Sociedad de Artistas Franceses le da en 1900 la medalla de plata.
Como diseñador de joyas, encontró en el orfebre Georges Fouquet el perfecto transmisor de sus diseños. Fouquet y Mucha redefinieron el diseño de joyería fina, sosteniendo que la belleza de una joya depende de su concepción artística. Sus piezas se encuentran en exhibición permanente en el castillo en Morovsky Krumlov. Fouquet presentó una colección de joyas realizadas sobre diseños de Mucha en la Exposición Universal de Paris de 1900, en la que prevalecían las reminiscencias orientales y bizantinas.
Además, Mucha diseñó interiores exóticos, como el de la Joyería de Fouquet. Mucha renunció más tarde a esta actividad elitista con el objeto de alcanzar grupos más amplios de compradores para sus obras.
Visitó Estados Unidos en cuatro ocasiones entre 1903 y 1922, bajo el mecenazgo del industrial de Chicago Charles Richard Crane. Posteriormente fue reclutado por la excéntrica actriz Leslie Carter, quien trató de superar el lujo y la ostentación de las obras de teatro de Sarah Bernhardt, lo que finalmente la llevó a la ruina. El formato y la configuración de los carteles eran parecidos a los hechos para el Théâtre de la Renaissance antes de 1900.
En 1908 diseña los murales para el nuevo edificio del German Theatre de Nueva York, y en 1909 nace su hija Jaroslava.
Recibe el encargo de decorar el nuevo edificio de la Casa Municipal de Praga, por lo que tiene que volver a Europa. Así, en 1910 se traslada con su familia al castillo de Zbiroh, en Bohemia.
Sin embargo, Mucha continúa viajando sin cesar. En 1913 viajó a Rusia con el propósito de tomar unas notas preliminates para un proyecto monumental: La epopeya eslava, una serie de veinte telas de grandes dimensiones que querían representar una crónica de los acontecimientos más relevantes de la nación eslava, y que presentaría en la ciudad de Praga.
Su pintura más conocida es La mujer en un páramo, que fue el resultado de cuatro estudios preparatorios. Una campesina rusa levanta la mirada al cielo, desesperada al adivinar su suerte. Está sola, en un paraje desolado e iluminado por una única estrella, con la presencia amenazante de una manada de lobos que se ciernen sobre ella. Conocida también con el nombre de Estrella y Siberia, la pintura expresa las simpatías de Mucha por el pueblo ruso. El lienzo nació como reacción frente a los sufrimientos de los rusos tras la revolución bolchevique, cuando la subsiguiente guerra civil, de 1918 a 1920, provocó que muchos campesinos murieran de hambre.
Gracias a su fama y reconocimiento, desde el año 1922 se dedicó también al diseño de sellos y billetes de banco, y en 1931 recibe el encargo de diseñar una vidriera para la catedral de San Vito de Praga.
En junio de 1936 el Musée du Jeu de Paume organiza una gran retrospectiva dedicada al artista, junto con una exposición de František Kupka. En 1939, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando se encontraba pintando Las tres edades, Mucha fue arrestado e interrogado en Praga por la Gestapo. Nunca se recuperó de la tensión que le produjo este hecho, ni de ver su país invadido y vencido. Murió en Praga, poco después de ser liberado, el 14 de julio de 1939, a consecuencia de una pulmonía. Fue enterrado en el cementerio de Vysehrad.
Sus obras poseen una gran sensibilidad. Sus diseños se caracterizan por las líneas sinuosas, los arabescos, las flores de tallos finos y retorcidos, hermosas jóvenes de largas y sueltas cabelleras con vestidos ondulantes que, a menudo, aparecen rodeadas de flores. Su principal obra pictórica es La epopeya eslava, gran conjunto de cuadros históricos en los que se combina el estilo tradicional con ciertos matices de simbolismo, a veces cruel.
En los años 60 sus reproducciones en carteles publicitarios tuvieron un inesperado renacer entre las nuevas generaciones cercanas al hippismo.